La lucha por las pensiones continúa

Por Betty Ciro

Esta es la consigna que enarbolan los Pensionados y Jubilados afiliados a la Unión Internacional de Sindicatos Pensionados y Jubilados que hace parte de la Federación Sindical Mundial –FSM. Así lo ratificaron los más de 150 delegados de todos los continentes que asistieron al Segundo Congreso Internacional realizado los días 27 y 28 de febrero de 2019 en la ciudad de Bogotá.

La consigna del congreso: “Larga y digna vida para los pensionados y jubilados” fue definida en el 2014 en Barcelona, España, cuando realizaron el primer Congreso de la UIS DE P y J. Hoy, después de cinco años, están más convencidos de la necesidad de la organización de los jubilados y los pensionados con el fin de impedir el deterioro de las condiciones de vida que, por un lado, es inexorable por el paso de los años, pero por otro es acelerado por la mala calidad de los servicios de salud, recreación, vivienda y agua potable convertidos por capitalismo en negocios rentables sin importar quienes sufren sus consecuencias.

Durante el desarrollo del Congreso quedó claramente evidenciado que no importa la distancia de unos u otros países, si son de América, Asia, África o Europa, porque la política de ataque a los intereses del pueblo, y en este caso de los jubilados y pensionados, es la misma: pensiones irrisorias que muy pronto son afectadas por el congelamiento del reajuste o porque éste simplemente está muy por debajo del aumento real del costo de vida. A lo anterior se suma la situación de precariedad en la que viven los adultos mayores. En Colombia, por ejemplo, el 70% de estos, según cifras aportadas por Colpensiones, no tienen derecho a una pensión de vejez, pero tampoco son ni siquiera candidatos a los subsidios que para el adulto mayor entrega cada dos meses el Ministerio de Gobierno.

Lucha de los activos vs lucha de los jubilados

Para los pensionados y jubilados de todo el mundo, una de las grandes preocupaciones es la tasa de reemplazo al momento de obtener la pensión, pues el solo hecho de pasar de la vida activa como trabajador a la de pensionado implica para muchos trabajadores que sus ingresos rebajen hasta en un 40% o más, pues la liquidación de la pensión corresponde al 60% o menos del salario; además, esta no tiene en cuenta factores salariales o primas que el trabajador recibe en forma habitual y periódica. Otro problema es la base sobre la cual se define la mesada del pensionado: antes se tenía en cuenta el último año para liquidar las pensiones, hoy en algunos como en Colombia países se toman los últimos diez años para sacar un promedio y en otros este promedio se calcula sobre toda la vida laboral. 

En Chile, país que nos han querido mostrar como ejemplo del buen funcionamiento de los Fondos Privados de Pensiones, la situación es tan grave al día de hoy, que las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) son definidas como “fábricas de crear pobres”. Allí las mujeres se pensionan con el 35% del salario, mientras que los hombres lo hacen con el 40% de este.

La situación real de la pensión administrada por los Fondos Privados de Pensiones, apenas es esperada en México; para el 2021 se pensionarán los primeros trabajadores afiliados al régimen privado y se prevé que su pensión será del 25% del salario, teniendo en cuenta cuál es la repartición de ganancias y pérdidas en los fondos privados. Los dueños de los Fondos de Pensiones que, dicho sea de paso, son los mismos grandes grupos económicos, comparten las supuestas pérdidas, pero no así las multimillonarias ganancias que obtienen.

En Argentina, si bien en este momento solo existe el régimen público de pensiones, la preocupación es grande, toda vez que el presidente Macri hipotecó el país al Fondo Monetario Internacional durante los próximos cien años y el aval que ofreció fue precisamente el Fondo de Pensiones. Esta situación hizo que los pensionados y jubilados de este país plantearan al Congreso la necesidad de avanzar en la lucha y la construcción de una alternativa política y social a través de la movilización con todos los sectores oprimidos.

Lugares comunes

Los datos proporcionados por los asistentes al Congreso son lugares comunes para los colombianos. Afiliación al sistema de seguridad social de apenas el 25% en Guatemala, del 36% en Colombia, 10% en Honduras, del 14% en Perú. De todas estas cifras se diferencia Cuba, país que, a pesar del bloqueo económico al que es sometido desde hace 60 años por Estados Unidos, tiene garantizados los servicios de salud, educación, deporte y recreación para todos sus habitantes, y a los adultos mayores que no gozan de una pensión se les garantiza una subvención por parte del Estado, que les asegura una vida digna.

En Colombia, a pesar de las continuas aseveraciones de la Ministra de Trabajo relativas a que no habrá una nueva reforma pensional que agrave aún más las condiciones que se viven, ni los trabajadores ni los pensionados y jubilados, ni el pueblo en general tienen ninguna confianza en dichas afirmaciones, pues la experiencia es muy diciente. Basta recordar las promesas hechas en campaña por el actual presidente en torno al no aumento de impuestos, y sin embargo en muy pocos meses fue presentada la reforma tributaria en contra de los más pobres y con importantes exenciones para los más ricos, incluidas las multinacionales.

La preocupación de la clase trabajadora en Colombia está centrada actualmente en el Plan Nacional de Desarrollo que se discute en el Congreso, pues con él se pretende ahondar el empobrecimiento de la población a cambio de la concentración de la riqueza en pocas manos. Esto ahondará la vergonzosa cifra de inequidad que pone a Colombia en el segundo lugar como país más inequitativo de la región.

Dentro de los propósitos de lucha de los asistentes al Congreso quedó como tarea principal la defensa de los países contra las agresiones del imperialismo como, casos concretos, Venezuela y Cuba.

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