Somos, antes que nada, una invitación a compartir este viaje hacia el País de la Utopía.

En el vehículo en que viajamos cabe usted, sus vecinos y muchísima gente que aún no conocemos pero presentimos, con todas sus cosas y, sobre todo, con todos sus sueños, también con toda su experiencia en el intento de llegar a este país al que hoy casi nadie se atreve a viajar.

Es un vehículo destartalado, pues en tantas experiencias frustradas ha resultado muy golpeado y no siempre ha habido tiempo de repararlo antes de volver a iniciar el camino. Pero eso sí, su corazón, su motor, es superfuerte, parece hecho para otros menesteres más importantes que aquel para el que fue concebido. Y en ese sentido se ha superpuesto siempre a su destino, como nosotros mismos, pues arriesgarse una y otra vez a viajar a un país que los poderosos se han esforzado siempre en dinamitar, en borrar del mapa y de la memoria es un acto de porfiados, pero también de soñadores. De viajeros por naturaleza.

Efectivamente, este sueño es contrario al tipo de vida que nos quiere imponer el capitalismo, en donde lo colectivo parece siempre anacrónico, pues lo que está de moda es la competencia descarnada que construye un mundo donde solo caben aquellos poderosos que se sostienen sobre el sudor y sufrimiento de la mayoría. Pero la vida misma y El Colectivo se han resistido para mantener actual este impulso por conocer el País de la Utopía, allí donde el Colectivo mismo es una forma de realización de la vida buena y donde la ética que nos mantiene unidos es aquella que vela por el bien común y su gestión comunitaria dentro de los territorios que nosotros mismos construimos y habitamos con otros seres en igualdad de derechos.

El vehículo que nos lleva hacia allá, por ahora, es la comunicación popular, materializada en el periódico El Colectivo. La ruta que siga será la que tracemos entre todos, poniendo toda la fuerza de nuestros sueños y de la acción colectiva para hacerlo subir las cuestas más empinadas y atravesar las trochas más adversas que le esperan a todo el que sueña con una humanidad mejor. ¡Súbase, que aquí cabemos todos!