La Arenera: otro barrio ilegal en Bello

Por Betty Ciro

Pintura: Juan Noreña

La Arenera es otro barrio ilegal construido en el municipio de Bello, levantado en las laderas del Cerro Quitasol a ojos de todo el mundo. El nombre lo conserva de lo que antes había en ese territorio: La Arenera.

En este barrio se suman varias experiencias que los ilegales han acumulado a lo largo de muchos años. Es así como al día de hoy, quienes vendieron y continúan vendiendo los lotes en La Arenera, lo hacen con acueducto, alcantarillado y redes de energía que ellos mismos extienden. Al parecer el negocio de venta de terrenos ha producido tanta ganancia que permite que actúen como una empresa de servicios públicos capaz de instalar redes de servicios a toda la población que, por medio de una compraventa, ha logrado resolver el derecho fundamental a una vivienda.

Para nadie es un secreto que Empresas Públicas de Medellín, como entidad responsable de la prestación de servicios de agua, energía y alcantarillado, legaliza los servicios públicos extendidos por los ilegales que venden los lotes.  Aunque no se cuente con la explicación real de cómo sucede esta situación, los ciudadanos del común concluyen que Empresas Públicas seguramente lo hace para evitar que las personas se conecten sin pagar y por ello deciden instalar los contadores.

La situación está sobrediagnosticada

En sesión realizada el 06 de febrero del presente año en el Concejo del municipio de Bello, todos los concejales que intervinieron estuvieron de acuerdo en que el diagnóstico está claro: tanto las instituciones como cualquier miembro de la comunidad bellanita conocen de sobra lo que ha pasado desde hace muchos años. Que el Cerro Quitasol se ha lotiado y vendido; que con frecuencia se incendia el Cerro (en los primeros 37 días de 2024 se han generado 47 quemas), precisamente para facilitar su loteo; que las personas que acceden a la compra de los lotes lo hacen por la necesidad de acceder a una vivienda. La gran mayoría de quienes compran son personas desplazadas por el conflicto armado en Colombia, no solo en la zona rural sino también por el desplazamiento interurbano.

Los concejales estuvieron de acuerdo en que basta de diagnósticos y se pase a la acción.  El concejal Jorge Armando Arango Palacio, del Centro Democrático, propone “Cercar el Cerro Quitasol” para evitar que se continúe lotiando y vendiendo; otro de sus compañeros agrega: “si se va a cercar que sea con cerco vivo”.

Se reconoce que aunque el problema lleva muchos años repitiéndose en el municipio de Bello, lo cierto es que se ha incrementado desde 2018.  En 9 meses posteriores a noviembre de 2021 se perdieron 45.588 metros cuadrados en los límites del barrio Pachelly, lo anterior significa que este espacio fue ganado por las bandas ilegales, y esto corresponde a La Arenera. Lo anterior significa que en muy poco tiempo se construye en Bello un barrio con edificios hasta de 6 pisos, con por lo menos una calle pavimentada.

Quienes se liberan muy fácil del problema son algunos funcionarios de la administración municipal, como el Secretario de Seguridad y Convivencia José Serrano, quien argumenta que las personas que llegan a vivir en estas invasiones, a veces “prestan niños o personas ancianas y enfermas para evitar ser desalojados”.  Como quien dice, la fiebre está en las sábanas.

¿Cómo se logra la construcción?

Los ilegales actúan como banco.  Financian desde el lote hasta los materiales y la instalación de los servicios públicos. Actúan como cualquier entidad “legal”, publicitan a través de redes sociales, en particular por Facebook, la venta de lotes. Cuando se presenta el cliente, si no cuenta con todo el dinero que cuesta el lote, le dicen: “tranquilo, abone esa cantidad, el resto lo financiamos con unos intereses similares a los que se pagan en los bancos”. “Eso sí, tiene que cumplir con la cuota porque si se atrasa pasa lo mismo que en un banco, nosotros recuperamos el terrero y usted pierde lo que ha dado sin necesidad de ir a ninguna autoridad”.

Mientras la persona termina de pagar el lote, los ilegales se encargan de cuidarlo para que no pase nada. Saldada esta primera deuda, si tampoco cuenta con dinero para construir, también le prestan para comprar los materiales y luego para pagar la instalación de los servicios públicos. Todo ello con la previa advertencia: “si incumple con sus pagos nosotros recuperamos y usted pierde todo lo que ha pagado”.

Falsos positivos

Algunas de las personas que logran comprar el terreno empiezan a construir por sus propios medios. A veces pagan un jornal para empezar con el banqueo, para ir levantando poco a poco un rancho y poder ubicarse allí con su familia.

Son varias las ocasiones en que esa persona que estaba ganándose allí un jornal, es detenido por la policía con la acusación de estar invadiendo. Toman la foto del falso invasor y las armas que ubican a su lado son pala, pica, recatón y otros instrumentos utilizados en el oficio del inicio de una construcción. La imagen da la vuelta por redes sociales como grandes logros de la autoridad en la persecución de los autores de la invasión del Cerro Quitasol. Entre tanto, los ilegales se ríen y continúan enriqueciéndose y lotiando el Cerro sin el más mínimo obstáculo.

Aunque alguna vez logren detener una de las cabezas de los ilegales, ello no representa nada porque siempre está “formado” el siguiente en el organigrama para que no se pare el negocio. Esto fue lo que sucedió con la detención de alias Albert, encargado de la venta de lotes. Este lleva varios meses detenido, pero sigue manejando los hilos del negocio desde la cárcel a través de “Yefri”, su mano derecha. Es Yefri quien negocia, presta, vigila, controla y soluciona cualquier problema que se presente en esta gran empresa de la delincuencia que es la venta y construcción ilegal en cualquier espacio público y a veces privado en el municipio de Bello. Los ilegales en Bello parecen no tener límites. La respuesta que le han dado a la administración es: “No quieren que les invadamos, entonces cómprenos los terrenos del Quitasol, así no lo vendemos nosotros”.

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